lunes, 29 de diciembre de 2008

Viaje a la Comunidad Wichi de Vertientes II

Es raro estar hablando de esto ahora. Hace ya un mes que llegué del viaje a Vertientes y ya estoy totalmente enroscada en la vorágine de hacer libros, salir a venderlos e irme a hacer temporada a la costa. Pero no es tanto por eso… sino porque siento que me toca hablar un poco de la parte fea de la experiencia. Cuando estábamos esperando en Misión la Paz la camioneta que dos días después nos llevó a Vertientes, Leandro (nuestro contacto, supuesto anfitrión y últimamente degradado a la categoría de ex amigo) vino en bicicleta a visitarnos con la mala noticia de que el enfermero de Vertientes se había ido por conflictos internos, nuestra primera reacción fue “Ufa, ¿y ahora qué hacemos con los remedios?”, pero ya estábamos ahí, así que seguimos adelante y los llevamos, sabiendo que esto iba a ser un poco complicado.
Y así fue. Leandro va y viene de Vertientes desde hace más de diez años, dedicándose a vender las artesanías de los wichis a precios caros en Buenos Aires para llevarles la plata por su trabajo, eso me parece bien, porque cuando ellos van a Tartagal a vender sus trabajos no les pagan realmente lo que merecen. También se puede decir a favor de Leandro que junto al grupo Kalaí (que significa amigo en wichi) hace casi una década, instalaron los paneles solares de la escuela… acá es donde se pone fea la cosa… Gus es director de cine, yo estudié media carrera de cine documental, de modo que estando equipados con cámaras y hasta un walkman con parlante exterior para las entrevistas, se nos dio por hacer un documental. Así que paseamos, miramos, anduvimos y nuestros pasos nos llevaron a la escuela. Allí nos encontramos con un grupo de cinco maestros criollos muy diferentes a los maestros caretas que conocemos. Nos hicimos amigos y con los días el proyecto documental comenzó a tomar forma. Lamentablemente a Leandro no le gustó esta idea y nos empezó a tirar mierda, ¿por qué?, porque él con los de la escuela no se habla, ¿por qué?, porque tiene una idea formada sobre los maestros, basada en puteríos y habladurías poco probables y no está dispuesto a conocer de verdad a esta gente, de hecho, en diez años de estar ahí nunca se acercó a hablar realmente con ellos o a tratar de modificar lo que le parece incorrecto o dar una mano para algo. Es fácil criticar, siempre lo es.
No solo fuimos a la escuela, también fuimos a la Iglesia anglicana a oír el culto en lengua wichi y, además, a hablar con la gente. Todo esto le molestó a Leandro, pero las diferencias no eran importantes hasta que llegó el tema del destino de los remedios. Yo hubiera querido dejarlos en la escuela en manos de los maestros porque la escuela es el lugar más “refrigerado” de toda la comunidad. Pero Leandro se puso caprichoso y hubo que hacer lo que él dijo y finalmente quedaron en casa de un wichi que estaba por hacer un curso para ser agente sanitario, espero que los remedios estén bien a la sombra dentro de su casa y que no los afecte el calor de enero, espero que ya hayan conseguido un enfermero. Ojalá.
Leandro estaba en estos días juntando firmas para hacer el reclamo municipal para conseguir enfermero, queriendo generar un sentido de unidad en la gente, que vean que ponerse todos de acuerdo vale y se sentía amenazado por nosotros, al pedo, porque jamás estuvimos en contra de su movida, por el contrario, estábamos a favor y cuando nos tocó hablar con otros acerca de él, obviamos las diferencias y demostramos apoyo.
Un día se me ocurrió una idea, pensé en mi hermana, Juliana Mociulsky, médica endocrinóloga que labura en el equipo de Cormillot, pensé en una prima enfermera que tengo que trabaja en el Hospital Garraham, pensé en mi tío Norberto que está con el PC y está en una movida solidaria para donar pozos de agua a los wichis de Formosa. Pensé en atar cabos y, a través del documental cuando esté hecho, poner en conocimiento de la gente la situación sanitaria del lugar. Aún sigo creyendo en mi idea.
Hablé con un par de paisanos (así se definen entre ellos los wichis) y les pareció copado, además expuse que la colecta de remedios seguiría… pero para eso necesito el apoyo de Leandro, ya que viene dos veces por año a la casa de sus padres que queda a siete cuadras de la mía, para que llevara los remedios y las novedades, PERO LEANDRO ME DIJO QUE NO, Y QUE DEJARA DE BOQUEARLA, QUE ESTABA ENOJADO Y QUE LE ESTABAMOS FALTANDO EL RESPETO. Con bronca e impotencia, hablamos de esto con Pepe, el cacique, al cual le pareció bien que quisiéramos ayudar moviendo nuestros contactos. A pesar de todo, cuando hablamos con el cacique le tiramos buena onda a Leandro.
Sólo voy a agregar que hicimos el documental sobre la escuela, supongo que para marzo ya estará editado (sigo prometiendo las fotos para la próxima entrada, ya están reveladas algunas pero ahora las tengo que escasear ¡y no tengo tiempo!), la gente de la comunidad fue muy amable con nosotros y la verdad que varios se pusieron de nuestra parte cuando estalló el conflicto.
En el sexto kultural hay dos bolsas de remedios para llevar allá, Leandro está acá en el barrio, el otro día nos vimos (¡trasca el 24!) y me dijo bien clarito QUE NO VA A LLEVAR LOS REMEDIOS, QUE ME DEDIQUE A OTRA CAUSA, QUE LOS ENTREGUE A OTRO LADO. No quiero hablar sobre la angustia que esto me genera. Lo que no entiende mi ex amigo es el compromiso que yo asumí con esa gente. Si alguien tiene ganas de hacer entrar a este muchacho en razones, su mail es libiosazules@hotmail.com, o liviosazules@hotmail.com, (nunca e acuerdo si es con v o b). No me interesa ya como ser humano pero sí quiero que se lleve los remedios para la gente, es injusto que no lo haga.
Si sos enfermero/a o doctor/a y te interesa contactarte para dar una mano, dejo el teléfono de la radio de Santa Victoria, desde Vertientes los wichis las escuchan desde sus radios a pilas y es una buena manera de sostener un puente comunicacional: 03875490116.
Es penoso cuando el ego y las cuestiones personales entorpecen movidas solidarias que podrían beneficiar a un montón de gente, porque no es solo en Vertientes donde se necesita ayuda médica, en Misión La Paz también, hay que ir por esos lados y ver salitas vacías, hospitales sin médicos y abandono.

Dafne Mociulsky

2 comentarios:

halley dijo...

Yerba Buena, Tucumán

Hola Dafne! Te cuento: Hace unos dos años(...si dos años ya), volvía de Brazil mochileando con un amigo, y en una placita de misiones creo, me abordó una viajera, una aventurera, una escritora que me ofreció un librito editado artesanalmente al precio que yo considerase apropiado. Siendo yo también, poeta y vagabundo de los sueños, tomé toda la plata que tenia en el bolsillo (sencillamente insuficiente!) y se la dí a cambio de su obra... a lo que ella respondio con una sonrisa y amables palabras de agradecimiento, (todo esto por unos pocos pesos, sentía que estaba cometiendo un robo!

Tapas de cartón encuadernado en una tela verde gastada y páginas cosidas con hilo azul... el libro que sostengo en mis manos en este mismo momento es "Alegría Claridad y Viceversa" y la mujer de mi historia, eras y sos vos.

Sin mas rodeos: Es un enorme alegría! (claridad y viceversa) poder encontrarte nuevamente!!

Hace unos días hablando con una amiga viajera/escritora/artesana de sueños (Sara), me comentó un proyecto en el que esta empezando a trabajar, algo sobre "tender puentes entre las culturas" (ella nació en EEUU pero tiene familia en tucuman y actualmente esta de visita)

Esta idea me cayó como un rayo e inmediatamente me acordé de vos (quizas por la similitud de la imagen que grabé aquella tarde calurosa en Misiones, una joven de pelo sucio, mirada astral, y sonrisa auténtica)

No me preguntes porque, pero siento que ustedes tienen que ponerse en contacto... intuición.

Por favor en cuanto puedas enviame un mail.

halley86@live.com.ar

Espero que estés disfrutando el verano, un fresco abrazo!

el maestro del long bow dijo...

Bonita experiencia Dafne, un tanto mala onda pero experiencia al fin...
Urrus.