lunes, 11 de febrero de 2008

Un muy buena manera de conseguir libros de autores independientes

e L e B e C é
La Bolsa Cultural



Somos un grupo de escritores independientes que entendemos que el derecho del lector es más importante que el derecho del autor. Estamos convencidos de que el verdadero valor literario de cada texto no está basado ni en la encuadernación ni en el tiraje ni en su prensa y difusión, sino en el talento y capacidad de expresión y de identificación popular. Es por eso que desde hace años, a través de la venta directa en parques, recitales y espectáculos intervenimos directamente con el lector, ofreciéndole un trabajo autogestionado a un precio accesible.

Ante la búsqueda de seguir expandiendo la obra independiente y generar una alternativa atractiva para que todos puedan acceder a ella, decidimos unirnos en un proyecto conjunto que denominamos "L.B.C." (La bolsa Cultural). El mismo consiste en una suscripción mensual que será entregada en mano a los interesados, que incluirá libros de autores independientes, revistas culturales autogestionadas, descuentos para espectáculos, tragos 2x1, y otros beneficios que le iremos informando oportunamente.

El precio de la suscripción es de $ 6,50 pesos por cada número + $ 5 por el envío.
Como la planificación del contenido será cada cuatro meses, quienes lo requieren podrán recibirlo de una vez, abonando solamente una entrega ($ 26 por el material del cuatrimestre + $ 5 por la entrega. Estos precios son para envíos en Capital Federal y conurbano bonaerense. Consulten por envíos a otros lugares)



Nº 19 Febrero: Miedo roto, de Dafne Mociulsky


"Los escritos de Dafne Mociulsky nos hacen recordar que la buena literatura vuelve y vuelve y vuelve siempre renovada. Dafne es una de las nuevas y mejores voces de la literatura independiente argentina, no es poco eso, porque la literatura independiente argentina ya hace dos o tres años que está dando mucho que hablar"

"Miedo roto en principio es una novela costumbrista, llena de personajes sin destino y sin ambiciones, entregados a sus miserias cotidianas, pero aquí está el milagro, pasados por las manos de Dafne Mociulsky estos personajes se vuelven maravillosos, curiosos, bellísimos, pasados por las manos de esta escritora esta historia se vuelve genial, se lee de un tirón, y se quiere leer más, una alegría que exista este libro, una gran alegría"


Nº 20 Marzo: 28 días, de Diego Skliar




“Se nos pide demasiado a cambio de estar vivos. Lo dice Diego Skliar en este libro singular donde los días van pasando como sombras de luz. Son veintiocho o quizás mil. La cifra nada significa: el río transcurre bajo el asfalto.
Con un estilo fragmentario y no por eso menos contundente, Diego Skliar dice mucho con poco. Le piden demasiado y responde con la vida”


"Es todo tan triste y tan miserable, cada acto cotidiano no hace más que acentuar manías egoísmos y desesperación, cada día que pasa no trae más que tristeza desgaste miserable de durar. Por suerte Diego puede escribir como para respirar algo de buena vida un rato, quizás, hasta el próximo libro, que con un poco de suerte va a ser tan bueno como éste que estamos presentando acá"


Y además:

Nº 17 diciembre: Tiburones, un viaje a Florida. De Ezequiel Abalos



“Este viaje se inicia con una premisa: no puedo leer si no estoy sobre ruedas. No sé de dónde viene esta condición; para alguien que pasó treinta años sin leer eso no importa, haber podido encontrar la forma basta y sobra. Lo importante es ganar el terreno perdido, no lamentarse de todos los viajes que me perdí de leer lo aún no leído.”"Con esta frase el autor, Ezequiel Abalos, sienta el precedente de lo que vendrá. Sin dudarlo comienza a realizar viajes llevando siempre consigo cinco o seis libros.Tiburones se basa en un viaje a Florida narrado en tiempo real, en el que la lectura elegida se entremezcla con los extravagantes personajes que suben al colectivo durante el recorrido.Atlas de Borges, El Perfume de Patrick Süskind, Alucinaciones Salvajes Proyectadas de Xuan Pablo González, La Conquista Erótica de las Indias de Ricardo Herrén, La personalidad de los Animales de Munro Fox, Frases de Cabecera y un ocasional libro de cuentos de Kafka participan de esta odisea que refleja aspectos de la historia argentina a través de las situaciones que suceden ininterrumpidamente: un joven parecido a Carlos Monzón con una misteriosa guitarra, un vendedor punk que ofrece el libro Juicio a las Juntas y se encuentra con un defensor del proceso militar, un choque con una combi que lleva un grupo de holandeses que trabaja para la televisión de su país y el reencuentro con una ex novia que reaviva el pasado y lo enfrenta con su realidad.Un entretenido cuento sobre ruedas que también es un viaje turístico por la zona norte de la ciudad de Buenos Aires, marco adecuado para esta realidad ficcionada del autor, que, en este momento, inicia un nuevo viaje con otros libros."


Nº 18 enero: Tríptico, de Diego Arbit - Fabio Guerrero Arévalo - Darío Semino

"Una de las novelas más originales que leí, coescrita con Darío Semino y Fabio Guerrero Arévalo. La forma de escribir de Leandro Torbi, que vende sus libros por los bares de Palermo irrita de tal manera a Zunilda Atrofocia que ésta decide comprarle absolutamente todos los libros que produce, para después quemarlos. Leandro ya no tiene inventiva para seguir creando, y sin embargo esta vieja es la fuente de sus ingresos, por lo que decide llamar a unos amigos para que le ayuden a escribir su nuevo libro. Esto es lo que hace Diego Arbit y es lo que se lee en el libro. La realidad y la ficción se unen de tal manera que uno al leer muchas veces se pregunta qué parte es real, y a pesar de que es la misma obra la que lo dice no deja de sorprendernos y hacernos pensar. Uno de los libros más crudos de Diego, casi como si fuese un cierre de sus anteriores obras."

"Y termino aclarando que estas páginas prolijamente numeradas y encoladas en uno de sus extremos, no hablan más que sobre esa insoportable necesidad de escribir, esa voluntad y esa maldición que cargan los que, así, una letra tras otra, sólo pretenden escribir una historia."

"El libro fue escrito simultáneamente vía mail. Sin que los escritores pudieran charlar sobre el capítulo que viniera después. Era escribir, mandar, y ver qué mandaba el otro escritor. Cerrar los ojos y ver qué salía. El orden de los capítulos de esta versión de Tríptico fue seleccionado por Diego Arbit."

Pero les recordamos que todavía nos quedan ejemplares de :
La Bolsa Nº 1: Naturo, Guillermo de Pósfay
La Bolsa Nº 2: Abrepuertas, de Diego Rojas
La Bolsa Nº 3: Soy todo ojos mirando, de Diego Arbit (agotado, esperando reimpresión)
La Bolsa Nº 4: Ofir, de Pablo Strucchi (muy, muy pocos, ya se agotan)
La Bolsa Nº 5: Allegro andante, de Guillermo de Pósfay
La Bolsa Nº 6: Empiezo a caminar en círculos, de Diego Arbit (muy, muy pocos, ya se agotan)
La Bolsa Nº 7: Dioptría, de Ezequiel Abalos
La Bolsa Nº 8: El asunto, de Pablo Strucchi
La Bolsa Nº 9: O quizás nada, de Diego Arbit
La Bolsa Nº 10: Vudú, de Guillermo de Pósfay
La Bolsa Nº 11: , de Diego Seoane
La Bolsa Nº 12: Máscara y vacío, de Anahí Ferreyra
La Bolsa Nº 13: Masticando mis sueños, de Diego Arbit
La Bolsa Nº 14: Yerba mate libre, de Guillermo De Pósfay
La Bolsa Nº 15: Leyendasurevoluzion, de Xuan Pablo González
La Bolsa Nº 16: Hkal e ydos co pio, de Martín Schencman
(Si quieren pedir más información de estos primeros 16 libros pueden hacerlo a labolsacultural@hotmail.com)


Este mes aportan su material a La Bolsa Cultural:

Un agazajo en el Pachamama
(Argañaráz 22, www.ccpachamama.blogspot.com)

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Revista Pipí cucú, y muchas revistas culturales de distinto tipo

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Fanzines

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Descuentos para comprar en “Anuk, almacén de libros” (Vidal 2123, Cap. Fed.) anukalmacendelibros@gmail.com 4896-4390 (pregunten por: Literatura independiente, Primeras ediciones, Obras completas, Historietas y comics)

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"Historias" Libro de Pablo Lancellotti pablonesta@hotmail.com

Para suscripciones y consultas a:

labolsacultural@hotmail.com

miércoles, 6 de febrero de 2008

Qué bueno que pase esto


Estas fotos las sacó Gabriel Lezcano en el tren General San Martín (de Retiro al Pilar), es casi siempre en este tren en donde desempeño mi campaña poética. La primera foto es un dibujo de Aarón, mi niño aaron98ottisor@hotmail.com . La página de Gabriel es www.hacerse-cargo.com.ar , recomendable y comprometida, fíjense.

Y ahora, un poema que, justamente, habla de distancias, trenes, bondis, subtes y demases. Ah!, es mi último poema:

Entre El Palomar y Sarandí

Paredes entre nosotros
Kilómetros, casas, gente, pasto
La ciudad en el medio de tu cama y la mía.
El teléfono crea ilusiones de acercamiento.
El Palomar, higueras, moreras, nísperos
La vía muerta muestra sus dientes de león.
Me hundo en un libro,
cada tanto me sacude una curva.
Pasan las palabras más que la brisa.
Avenida General Paz
Y hay ruido
Paz general no, el murmullo asciende.
Dejo de leer para ser ventana
Árboles tristes, árboles geniales
Periferias, ciudad, embudos de cemento.
Ya puedo contar millones de personas
desde que salí de casa.
Colectivos que se arrastran cansados
Por calles de nombres que se repiten.
Trenes tronando.
Bocas que no hablan, bocas de subte.
Perros, palomas, gatos ocasionales.
Los bosques de Palermo
Retiro y me retiro
para seguir rodando hacia vos.
Paseo colón, y yo que no paseo.
Me impaciento. Me canso.
Parque Lezama, barrancas y barracas.
No quiero mirar hasta llegar a Dock Sud
Restos de basura veraneando en el riachuelo
El Río de la Plata se ve lejano
como un poema volando al viento.
Puentes, brazos de hormigón
Enredados en orgías automovilísticas.
El bingo de Avellaneda y ya te siento cerca
Libros terminados en salas de espera rodantes
Esperando verte, esperando decirte
Que es lejos
Que el oeste con el sur
hacen mucha fuerza para besarse.
Sarandí, metáfora indecisa
Una laguna, un estadio, monoblocks,
Y tu casa, al otro lado de mi mundo.
Son paredes
Que nos visten
De distancias.

Dafne Mociulsky

martes, 5 de febrero de 2008

Cuadros de Mirta, artista plástica que volvió hace poco de vivir en Cuba. Abajo, un fragmento de texto mío que más inédito no podría ser




Para contactarse con Mirta: mirtaep73bis@yahoo.com.ar o mirtaepbis@yahoo.com y, para ver + material de esta grossa:
http://www.sendpix.com/albums/08012812/8lx4ufy4ss/ les recomiendo darse una vuelta por ahí.


A continuación, un fragmento de la última novela que escribí y hasta podría decirse que la terminé, sin embargo no pienso parirla aún porque le hace falta unas cuantas miradas, si alguien se anima a leer una novela tirando a larga en pantalla, con mucho gusto la envío x mail, si algún valiente de la vista y la espalda la quiere, que me la pida a: duniashka@yahoo.com.ar
Esta novela se trata de una nena de 13 años, está relatada por ella en 1º persona. No adelanto nada más porque me da pudor, les dejo ver este pedacito y ya me agarra taquicardia:


El otro día me pasó algo feo con mi vieja. Me pidió que la acompañe a pagar una boleta vencida. La cola era como de setenta personas con cara de orto, abanicándose con sus propias boletas porque a pesar de que hace rato que es otoño ese día hacía más calor que en verano. Ella se puso de mal humor, pero de re mal humor – ay, no puedo más, me duelen las piernas, no soporto estar tanto tiempo parada – decía a cada rato – esto antes lo hacía la shicse (no sé como se escribe esa palabra, por eso la puse como suena, cualquiera que sea "de la cole" entendería) decíme algo, no te quedes callada – y yo no tenía ganas de hablar, sino de cantar, y si hay algo que a mi vieja le revienta es que cantes cuando ella quiere que la escuches o que le digas algo que ella tenga ganas de escuchar, ¡qué tipa caprichosa!, no entiendo como alguien así cree que está capacitada para educarme – no tengo ganas de hablar, má. Si querés andá a tomar un café y yo sigo en la cola – me miró de una manera muy rara cuando dije eso, pero igualmente se fue y me dejó tranquila por un rato. Ahora me agarré la costumbre de llevar en mi bolsito una lapicera y un cuaderno, ¿para qué quiero una portátil?, no me hace falta. Entonces escribí esto:
Setenta y cuatro arvejas eran; pero este pasatiempo le resultó odioso, era matemático y no contemplativo, no valía la pena. No tenía sueño, o quizás no le venía el sueño porque la pareja de la habitación contigua estaba discutiendo otra vez "¿Y ese mensajito de texto?, ¿te creés que soy boludo?" – él, ella: "Nada que ver, es mi primo" – él: "No chamuyes más, dentro de poco voy a tener que agacharme cuando pase por una puerta para que mis cuernos no se choquen, ¿te parece gracioso, te reís en mi propia cara?" – ella: "Bueno, ya me cansé, me voy a lo de mi vieja" y después vino el griterío, ya no se entendía lo que decían. Germán estaba tirado en la cama, tieso, frío, nulo, silencioso, pero no aburrido, eso nunca. En el techo había unas manchas muy sugestivas
Y ahí tuve que parar porque era mi turno, pero mi vieja no estaba, y yo no tenía ni la plata ni la boleta, como no sabía qué hacer, me hice a un costado y dejé pasar al siguiente, quedándome cerca, pero el vigilante me vino a decir que no podía estar ahí, y yo que no tenía ganas de discutir, salí a buscar a mi vieja. En el bar de enfrente no estaba, miré para todos lados y el próximo bar más cercano estaba en la otra esquina, así que fui para allá, pero tampoco estaba ahí. Mientras hacía todo esto estaba tremendamente inspirada y con miedo de olvidarme de todo lo que quería escribir (bueh, finalmente me olvidé, ya fue). Volví a la central de la luz y ahí estaba mi mamá, sacando chispas por los ojos - ¿sos pelotuda o te hacés? – me gritó antes que cruzara la calle, ¡una vergüenza, todo el mundo se dio vuelta para mirarme, a ver quien era la pelotuda!. Me dijo de todo, me re puteó de arriba abajo, yo me cansé y le dije – La culpa es tuya, te demoraste una bocha, tenías que estar pendiente del tiempo, o me podrías haber dejado la plata y la boleta a mí, además, si me hubieras comprado el celular que te pedí para mi cumple nada de esto hubiera pasado – y cuando le dije eso se puso furiosa, rabiosa diría, y me pegó una paliza. Sentí algo muy extraño. Hacía años que no me pegaba así. Me quedé mirándola, sin moverme, al toque me di cuenta que se arrepintió, aunque ella es de las que nunca piden perdón.


Dafne Mociulsky