miércoles, 6 de mayo de 2009

Fotos de una Mar del Plata distinta y poemas de otros








Cuerpos

Cuerpos debajo de mi cama
De angustia mutilados
En la calle, putrefactos
Estériles adornos cotidianos
De basura camuflados
En tu piel
En la sangre
En las urnas
Como abono
De miseria
Y osadía.

Sebastián Matías Oliveira
www.soyloperdido.blogspot.com

Madre Tierra

Un hombre de un solo color
Con las raíces sedientas,
Afincadas en el mundo, en la tierra.

En el pliegue de todas las geografías
Cosmonauta de espacios, mares vientos,
Señor de todas las banderas.

Azotado por los vendavales del sentimiento
Catador de emociones
Con las manos extendidas en la entrega
Con la piel dispuesta, abierta.

Un espíritu que hizo nido en tu materia
Metal forjado en la fragua vital
Y en tu regazo
Mujer.

Ricardo Giménez, o “Richi Pantuso”
richipantuso@yahoo.com.ar



Anotación

Las cosas que no le contamos a nadie se pierden para siempre.
Por eso, cuando ella me pregunta si estoy escribiendo le digo que sí, que un montón. Que antes todas las boludeces que se me ocurrían se las contaba a ella, y ahora las tengo que anotar.
Sí. Qué bueno que estés escribiendo, me dice. Y yo también estaba contento.
Pero pensé que entre escribir y ser feliz me quedo con la segunda.
No se lo dije porque me pareció una boludez, así que ahora lo tenía que anotar.

Agustín Vispo
numeroneutro.blogspot.com

Permanencia

Nosotros fuimos agua y yo soy el llanto que quiebro.
Si ningún lugar está lejos
Si el silencio no existe
Y es el sonido de mi pecho
lo que mueve al viento
¿Nunca van a detenerse las olas?
¿No es la montaña
más frágil que el tiempo?
Seremos árbol, bosque y madera
Si descubrimos el límite del fuego
El amor el odio
el hombre ciego el hombre enfermo
¿Dónde nadan los peces de bronce?
¿Quién le habla al cordero muerto?
Los monstruos mi mente el vacío no existe
No existe el regreso
Estatua de sal el que mira el camino
Estatua de sangre el que camina recto.

Agustín Vispo
numeroneutro.blogspot.com

Te doy mi corazón
Doblálo en cuatro y guardálo en tu bolsillo,
Sí, en ese que tenés roto, da lo mismo.

Te doy mis poemas,
Triturálos, ensobrálos, comételos,
Armá avioncitos y tirálos en Parque Centenario.

Te doy mi melancolía,
Quemála, apostála a los dados,
Mandála a viajar por el inodoro.

Te doy mis labios,
Sobrálos con esos besos que te sale tan bien no dar,
Torturálos de sed.

Te doy mi sexo,
Robále las sábanas y la almohada,
Dale la espalda, mandálo a dormir al puff.

¿Mi vida?, también tomála.
¿Querés matarme?, hacélo.
Pero por favor no falles.

Mariana Kruk.
delafirmapandora@yahoo.com.ar
“Balada para la vecina del PB 14”
Tirada en la noche está,
arma y rompe su cabeza,
velando sueños rotos…
Lágrimas negras
surcan las grietas de su cutis
húmedo y desvaído…
Desnuda,
diáfana a la luz de otra madrugada
da vueltas y más vueltas,
en nubes de pastillas,
trastabillando en gritos,
los más sangrientos gritos.

Ojos color de arena,
Ojos llanto de sal,
Dejáte llevar…

Tropieza y se desmaya
Y su cuerpo que lentamente… Se apaga.
El alba, mirándola con lástima
acaricia su espalda,
y un ángel se hace polvo y le ensucia la cara,
pero no logra levantarla,
solo enciende sus ojos… Perdidos en la nada.

Ojos color de arena,
Ojos llanto de sal,
Cuanto más aguantarás…

Un jadeo incesante
premedita otro ataque de locura,
afila la rabia sus uñas traicioneras,
escarbando la piel,
arrancando viejas caricias,
que han quedado en su piel tatuadas…

Ojos color de arena,
Ojos llantos de sal,
Ya no sufrirás…

Ahora su mirada yace mansa
en los pobres vestigios
de su tenue y confinada respiración.
Con los labios resecos, busca lamer sus uñas,
como un gato agonizando sus heridas…
Sus pupilas son el centro
De un universo nefasto…
Donde el alma se retuerce
por última vez…

Gastón H. Almada
gastonhalmada@hotmail.com



El aparece y siento en mi pecho un golpe que revierte todas las cosas. Pensaba en irme, ahora me quedo. Habla con otra gente y se hace el indiferente aunque sé que está pensando en mí, lo odio. Desde que está en mi vida ya no puedo planificar nada.
Primera hipótesis: el amor esclaviza. Aunque trato de no mirarlo lo siento, lo escucho reír, percibo sus movimientos con el borde blanco de mis ojos y mi corazón sufre pequeños estallidos. A cada estallido de mi corazón le corresponde un cigarrillo.
Segunda hipótesis: el amor es suicidio. Lo sé desde que nos acostamos por primera vez y no pude decirle que se pusiera un forro, pensé “si él se fuera a morir yo quisiera morirme también”, y en cierta forma muero todos los días, muero como yo en él, me dejo moldear por él. Sí, a veces resisto, entonces él insiste, entonces yo lo muerdo un poco y él me hace alguna otra maldad.
Tercera hipótesis: el amor es guerra.

Anahí Ferreira
lunaenladrillada@yahoo.com.ar

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